P.Profética: ES TIEMPO DE ABRIR LOS OJOS

ES TIEMPO DE ABRIR LOS OJOS

abre los ojos“Dice el Señor”: Acaso no ves el pisotear de mi Nombre y de mi Palabra, ¿no te has dado cuenta, que quieren acabar con tu fe en mí? No te has dado cuenta que a Mi Sangre la tienen por inmunda. Mi iglesia, la que dice que me ama, se ha prostituido, anda con amores que la han encantado, se siente conquistada por atracciones que le son agradables a sus ojos.

Ya no tienen puesta su vista en el galardón, ahora han puesto su vista en los tesoros de Egipto, cuando Yo les he dicho: “buscad las cosas de arriba, donde estoy sentado a la diestra del Padre, pongan su mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Pero esto se les ha olvidado, este mundo y sus riquezas los tienen impactados, como si este mundo tuviera eternidad.

Yo estoy amonestando una y otra vez, pero muchos dicen: “No oiremos”, cerraremos nuestros oídos, porque nuestra seguridad está en las riquezas. Yo ya no soy Su tesoro, se han vendido al mejor postor.

Dejen lo corruptible y vístanse de incorrupción. Yo les he dicho que sean fieles hasta la muerte y Yo les daré la corona de la vida. Pero muchos han despreciado mi corona, se volvieron infieles, se han prostituido, se han corrompido, ya no oyen mi voz, sino que ahora oyen al asalariado, al que no es pastor, oyen a los salteadores, a los que no entran por la puerta de las ovejas.

El peligro está latente, la angustia se acerca, la tierra será removida, la angustia viene, el dolor se incrementará y, ¿a donde correrán? Correrán desapercibidos sin saber a donde ir, es porque les han quitado la fe para que no vayan en pos de mí.

Hoy, mi gente, la que dice conocerme se impacta por “los grandes hombres de este mundo”, se impacta por sus riquezas, se impacta por los talentos de los mortales, Yo ya no impacto su corazón. ¿Dónde están mis justos? ¿Aquellos que hacían inclinar mis oídos a sus oraciones?

Hoy veo lo mismo, cuando Moisés subió al monte a recibir mis mandamientos, oigo alaridos, gritos de fiestas. Hoy no veo a mi iglesia como mi santuario, no la veo como mi templo, no habito en muchas casas que se dicen ser mis iglesias, sino que las veo tan solo como un “campamento” porque así la han vuelto, “un campamento”. Es el lugar donde hacen sus fiestas, sus danzas con su propia música, y en medio de ellos levantan a su ídolo, a su becerro de oro, que ellos mismos han hecho.

Veo como rompen mis mandamientos, veo como desechan mi voz, siguen diciendo: “no queremos oír la voz de Dios”, y quieren que les hagan cosquillas a sus oídos, mi Palabra escuchan pesadamente.

Pueblo mío, desecha la vanidad, pide perdón por tus pecados, arrepiéntete para que no te alcance la devastación. No rompas mis mandamientos, antes bien, rompe con los becerros de oro, ídolos abominables que te han hecho y que te puesto, hazlos pedazos y redúcelos al polvo y Yo te recibiré. Si no lo haces, este polvo de tus becerros te tragarás.

El dejarme a mí, este es tu pecado, necesitas volver a mí con lloro y dolor de arrepentimiento. Vuelve a tu primer amor. Pero dirán: “Nunca te hemos dejado”. No argumentes conmigo, me has dejado siguiendo a hombres y haciendo como ellos te dicen y no como Yo digo. 

Yo les digo y les pregunto: Todo aquel que esté por mí y por mi Palabra que tienen mandamientos, venga en pos de mí, apártate del mal y ven y sígueme. Y los que no quieran venir en pos de mí, será el lloro, el lamento y el ¡ay! Vuelvan a mi redil donde mi Palabra los pastoree. Mírenme, siempre les ha hablado con la verdad, mírenme a mí que soy justo, Soy humilde, Soy perdonador y quiero ser tu Señor. Vuelvan a considerar mi justicia sobre ustedes. Mientras dure el día hay esperanza, porque entrada la noche habrá gemidos, angustia, dolor y muerte.

Yo veo en las que se dicen ser iglesias, rizas y entretenimiento, no oigo dolor por el pecado, no escucho el eco de mi Palabra, ¿acaso no hay voceros, no hay atalayas, no hay quien les diga del peligro latente? Yo les digo: Antes que llegue el juicio a la tierra, el juicio empezará por mi casa.

“Dice el Señor”: ¿Por qué no empiezas a clamar por tu propia vida? ¿Por qué no te vistes de cilicio y ceniza, para que Yo venga y te lave, y te ponga nuevamente el lazo de amor y de misericordia? Ponte calzado nuevo, sandalias limpias, déjame ver tus pies, déjame llamarlos “hermosos”.

Mi corrección es para bien, porque no quiero que te pierdas, no quiero que la pérdida llegue a ti, no quiero que la tierra se abra y te trague, no quiero que seas de este mundo, quiero que seas de mi reino, quiero darte mi vida y mi Sangre, vive por mi aliento, vive por mi Espíritu.

No te rías de mi sufrimiento en la cruz, no deseches la gracia que fue derramada en ti, no hagas de mi sacrificio mercadería, no hagas de mi redención algo ligero, no lo hagas menos, no lo hagas barato, dale el precio alto, el precio que pagué por ti.

Por qué no te angustias como Nehemias y como Esdras cuando vieron el muro y el templo destruido en Jerusalén. Mi iglesia le falta sus muros y sus atalayas, mi templo se encuentra destruido, sus moradores están en prisiones, son esclavos, los hacen trabajar y trabajar para quitarles el sustento, mira sus casas saqueadas, les falta el alimento, mi pueblo está pasando hambre, está desnutrido, cualquier enemigo de mi Evangelio vienen y los roba y les hace fácil presa, estos son emisarios del enemigo, son esclavistas, son ladrones, son lobos rapases que no perdonan a mi pueblo. Hacen sus campañas para ganar adeptos para ellos, en ellos ven el interés del dinero y no los hacen mis seguidores, no los llevan a mi redil, no los conducen a mi Palabra, los hacen sus seguidores y ellos los trasquilan, les hablan de libertad pero lo único que hacen es atarlos. Estos son hipócritas porque recorren la tierra para hacer seguidores de ellos, y cuando los atrapan los hacen sus esclavos.

Mi pueblo está siendo engañado, está desfalleciendo porque le falta el conocimiento de mi Palabra. Lo único que le dan de alimento, son mandamientos de hombres, doctrina de hombres y no del pan que descendió del cielo.

Es tiempo de abrir los ojos, es tiempo de voltear al cielo, es tiempo de volver a mí, dejen la corrupción y vístanse de incorrupción, tomen como sus tesoros las riquezas en gloria que les he dado.

Hijo mío Yo se que tu alma tiene sed de mí, estás hambriento por mi Palabra, vuelve a los manantiales, a las aguas vivas, siéntate a mi mesa a comer, no andes mendigando pan, mi mesa está servida, solo cree en quien tienen las promesas. “Ha dicho el Señor”.          

      

          

 

 

 

One Reply to “P.Profética: ES TIEMPO DE ABRIR LOS OJOS”

  1. Es triste lo que se vive hoy, dentro de la misma iglesia, pero no debemos ver al hombre, debemos poner la mirada en quien nos rescato y se entrego por nosotros hasta el final.
    El hombre nos hara daño, pero el Señor nunca nos hará daño mas al contrario nos apacentara, tal vez haya estreches, enfermedad, cualquier prueba tribulación o angustia, pero como dice su sabiduria en el libro de Romanos 8 nada nos podrá separar del amor de
    Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.A él sea honra gloria imperio y majestad.

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