P. Profética El Segundo Éxodo

EL SEGUNDO ÉXODO

Palabra profética

Dic. 2011

2 exodoDice Dios: Hoy Yo estoy formando un segundo éxodo, el éxodo de los llamados a servirme en santidad, es el éxodo entre las naciones, de los que están saliendo de la esclavitud del mundo y del pecado, los que quieren que Yo siga siendo Su Rey soberano. Yo estoy llamando a estar fuera las codicias, de los ofrecimientos de atracciones del paganismo.

El diablo ha metido al mundo su astucia y sus asombros, ha alcanzad muchas víctimas, caen sus víctimas las que no tienen ancla y no tienen freno.

El rey de Egipto ha mandado a perseguir con sus carros y su ejército a mi pueblo, ha ordenado que se les de alcance los aprese y les de muerte, porque muchos de mi pueblo ya no quieren seguir a la esclavitud del pecado, ya no quieren seguir adorando a los dioses de Egipto.

Los comparecientes gobiernos de hoy se asemejan al rey de Egipto, a Faraón, con apariencia de hombres indomables, pudientes y desafiantes, se vuelven más a los reinos del mundo, queriendo ser más populares, querrán ser mejor vistos, harán sus plataformas de aduladores, dando lugar al ensombrecido de las naciones.   

¿Qué está diciendo Dios en este tiempo a Su gente? Le dice: Sé un pueblo entendido. Quítense los yugos desiguales, hay compañerismo con las tinieblas, hay incredulidad, “hay intervención de Egipto”, el mundo con los creyentes, hay injusticias, no hay verdad en los labios, hay mentira, hay oscurecimiento y aturdimiento en las mentes, hay hinchazón y comezón, comezón de oír vanidades.

Dice Dios: ¿Qué tiene que ver todo eso con mi santidad? ¿Qué tienen que ver la fe de los creyentes con los incrédulos? ¿Qué presencia mía hay en los templos donde no se me honra? Yo no tengo nada que ver con los ídolos ni con los dioses paganos. Yo no cumplo donde no se me obedece, no pongo oído ni actuó donde no guardan mis preceptos, mis leyes y mis mandamientos, y no respaldo donde no se predica o enseña mi  Evangelio.

Dios le dice a Su iglesia: Los he hecho para ser mi morada, los he hecho para que mi presencia esté y more en ustedes, si tú me tienes como Tu  fundamento, como tu verdad y tienes oído para mi Palabra, entonces el Espíritu de Dios mora en ti.

Yo Soy tu Redentor, el Santo de Israel que te sacó de Egipto, Yo te he enseñado quien Soy Yo, Te he enseñado mi camino, el camino que debes de seguir. Atiende a la voz de mi llamado, este es el tiempo de salir de los tropiezos y de los estorbos.

Te he dado bandera como nación santa, para que salgas con mi justicia y mi paz. Te he distinguido y te dado nombre, debes de salir de la esclavitud de Egipto y la inmundicia de Babilonia. Entonces Yo seré Tu Dios y tú será mi hijo, Yo andaré a donde tu vayas.

Dice tu Dios: Sal con la libertad que te he dado, necesitas salir de Egipto, saca lo que has aprendido de Egipto, saca el mundo de ti, sácalo de mi  templo. No vaciles, no te engañes, no encubras nada.

Yo te conduzco a mis lugares celestiales, a mi santa ciudad, ya no toques lo que ensucia tu vida. Tú me tienes a mí como tú “Roca” apóyate en  mí, tú tienes fundamento, tienes solidez, no te apoyes en nadie más, ni en tus propios razonamientos.

Yo Soy tu Dios, Soy tu Padre, Yo soy tu refugio, te he quitado las ataduras, te he librado de la esclavitud.

Este es mi éxodo, esta es la libertad del Espíritu, empieza a prepararte para venir a mi encuentro. Sal de los dioses de Egipto, sal de las tareas de esclavos, ven a terreno seguro y deja la arena movediza, sal de las aguas contaminadas de sus ríos, des sus comidas adulteradas, de los pecados de la carne y de sus hechizos.

Yo tengo lugar para ti, Yo dije que edificaría mi iglesia y las puertas del hades no prevalecería contra ella, esta es la segura, la que está fundada en mi Palabra. Mi iglesia debe de quitarse las manchas y las arrugas. Iglesia empieza a santificarte, empieza a lavarte, te he dado todo lo necesario para que lo hagas.  

Yo Soy tu Dios que te ayuda, el que te multiplica, quien te hace crecer, quiero que hagas mi voluntad como hijo obediente.

Yo estoy quitando los estorbos y los bloqueos que muchos han puesto, para que mi Palabra y mi Espíritu siga fluyendo, siga llenando y siga bautizando. Yo estoy restaurando, Yo estoy reedificando mi obra con los que quieren edificar juntamente conmigo.

Yo he me he mostrado fiel a mi pueblo y sigo extendiendo mi  misericordia.

Yo tengo hombres y mujeres de fe, es gente valiente, es gente que no ha negado mi Nombre. Son gente que se ha vuelto a mí de todo corazón, gente sensible a mi Espíritu, que ha llorado por la ingratitud y lo nefasto, por la indolencia de los negligentes desoladores, porque ellos han visto mi santuario minado por el enemigo.

Pero a los que son míos, Yo les ofrezco el mejor lugar, la mejor ciudad, el mejor país. Yo Soy el Dios que ama y salva. No hay mejor gente que la que ha recibido mis misericordias. Yo veo a gente que me sabe corresponder que se entrega a mi con adoración por lo que Yo Soy.

El mejor corazón es aquel que sabe expresarme sus sentimientos puros y sinceros, ese es el corazón que me ama y me sirve, así que: “La mejor boca que habla, es aquella que habla con el corazón”, porque hablará la verdad y amará con el amor con que le he amado.

Todo aquel que sabe que ha sido redimido por alto precio es el que siempre vive agradecido, el que no perderá su herencia, caminará hacia mi ciudad, la que he preparado para los que me aman.

Llegó el tiempo de marchar dice el Señor, de caminar seguros y erguidos por este mundo de maldad. Este es el tiempo de la prueba, el que me sigue encontrará el buen alimento para su alma.

Salmo 61:2 Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la Roca que es más alta que yo, 3 Porque Tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo. 4 Yo habitaré en Tu tabernáculo para siempre; estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. 5 Porque Tú, oh Dios, has oído mis votos; me has dado la heredad de los que temen Tu Nombre.

Mateo 25:34 Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

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