Palabra profética: ¿Donde está mi honra?

Palabra profética: ¿Donde está mi honra?

Abril de 2011

“Dice el Señor”:

honra¿Donde esta mi honra? Si soy Yo Dios, si Soy Yo Señor para ustedes, ¿donde está mi obediencia? Yo he sido Padre, pero muchos me han hecho un simple “ser”, ni dueño, ni Padre, ni Señor Soy para muchos, ¡me han considerado hasta un ser terrenal! No sabiendo que tengo potestad en todo el universo. Los irreverentes me han arrojado entre la gente como un ídolo, todos con escándalo y griterías, piensan que Yo hobito entre lo inclinado de los hombres, en las grietas y sus altares de sus templos. Desconocen que Yo habito en la eternidad, y que Yo puedo hacer de los hombres, “templos”, donde Yo vengo y me presento a ellos, para saber si hay una honra para mi, donde Yo me pueda manifestar entre ellos y donde ellos me puedan servir. Pero lo que encuentro en muchos, no es honra, sino deshonra, porque mis sacerdotes me han quitado de sus bocas y de sus templos, “Yo ya no tengo templo”. Los que tenía como hijos, se han vuelto viles, Soy objeto de sus burlas y he caído en sus refranes, en sus dichos y no hacen caso de lo que Yo digo.

Han caído en la abominación y en la abrumada apostasía, ellos han escupido mi rostro, me siguen abofeteando, me siguen golpeando, me dan una corona corruptible y no me respetan como Rey. Se han desenfrenado, sus voces y su hablar son de engaño y mentira, se han olvidado de donde los saque, cuando Yo los puse en mi servicio, se crecieron, haciendo de mi llamado un deseo humano y no cumplieron mis propósitos; no se dejaron tratar por mi, buscaron la honra de los hombres, se elogiaron, se pusieron en pedestales y entre las multitudes se consideraron, se endiosaron y se turbaron en sus mentes, se corrompieron. Hay tantos que les gusta escuchar voceríos y a ellos les gusta motivarlos con sus emociones, no les dan lugar a mi Espíritu, que orienta, enseña y que los lleva a la verdad, no les gusta que los  redarguya de pecados. Ahora los guía el engaño, se hacen como los que nunca me han conocido. Ya no tienen las manos y los pies limpios, ya no puedo decirles, sus pies no son hermosos sino que se han ensuciado, en sus sendas se desviaron y buscaron el camino de Baal, mi camino desecharon y se aprovecharon de mi gente inocente, les dañaron sus conciencias, los volvieron contra mi, les hablaron “de un dios sin fundamentos”, “un dios sencillo y liviano”, “un dios que no castiga”, “un dios que acepta todo”, “un dios que no corrige”, “un dios que enriquece”, un dios que acepta la prostitucion, “un dios que no dice nada ante la deslealtad”. Han dejado mi reprensión, de mi amonestación ya no hacen caso.

Mi pueblo se duele, llora porque Yo no estoy entre ellos, están tristes porque les falta mi conocimiento, han hecho doctrinas de hombres y a ellos si hacen caso. Han desechado mi dolor y aflicción de la cruz, mi Sangre han manchado, la han pisoteado y no me miran como el que murió en la cruz. Se aprovechan de mi quebrantamiento, del dolor y de mi sangre que redime, que perdona y salva.

Yo soy hacedor, Soy salvador, mi gracia es para perdonar y salvar. Mis opositores andan en camino ancho, por camino de perdición, por camino que conduce a la muerte, se han revuelto con el mundo y no hacen diferencia de la santidad con los deseos pecaminosos.

Vienen calamidad, vienen quebranto, porque no han tenido vergüenza, porque no me han dado honra, Yo soy el que vive para siempre. No quiero que el soplo de mi Espíritu se vuelva vano, sepan que les he dado vida por mi Espíritu, quiero que se establezcan en mi Palabra para que no se pierdan sin mi conocimiento.

Los que confían en sus talentos, en sus dones, los que confían en sus riquezas, en las cosas de este mundo, su prosperidad pasará como las nubes sin agua.

Tengan vergüenza y santifíquense, límpiese de su humana manera de ser, de andar, de pensar, saquen de sus vidas el engaño, confiesen sus desvíos y conviértanse y Yo les recibirá.

Hay muchos en las congregaciones que no están santificados, se conducen bajo sus pensamientos, pensando que me agradan, pero son del viejo hombre, no han permitido que Yo los cambie. Sacrifican en mi Nombre, pero sin ser santificados. Sus ofrecimientos a mi son vanos, pero a mi no me engañan, porque Yo veo su corazón, Yo veo las tinieblas que invaden sus vidas.

“Dice el Señor”: Volveos a mí despreciadores de mi Nombre, regresen a los fundamentos establecidos, volveos a mi Palabra y hónrenme, dadme el honor que merezco, estimen al que les dio el lugar de servirme, no sean irreverentes, no sean desleales, no hagan de mi santuario lugar de ídolos. Ministros, sacerdotes de mi reino, santifíquense, límpiense del polvo, laven sus vestiduras, dejen que mis leyes sean escritas en sus mentes y en su corazón, dejen la vergüenza y vuélvanse a la dignidad, sean mis siervos de mi justicia.

Anuncien como en los tiempos antiguos, que los padres bendigan a sus hijos, enséñenles a que aprecien mis mandamientos, que no desprecien mi santuario, entonces se apartará la violencia de ellos, que sean restauradores de las verdades caídas, que se levantes como antorchas encendidas y que sus pasos sean iluminados. Enséñenle a no ser calumniadores, que no derramen sangre inocente, que no sean ladrones, enséñenle que santifiquen mi día de reposo, que tengan entendimiento de Dios, que no coman de lo sacrificado a los ídolos y a los demonios, que no embrutezcan sus mentes con vanidades, que tapen su desnudez, que no se den al pecado. Enséñenles a respetarme y a respetar a su prójimo, que no se contaminen “con las” ni “con los” filisteos. Yo sigo reclamando un pueblo para mí, un pueblo santo, que no se olviden de mí. Que no deseen la mujer de su prójimo, que no se contaminen con la inmundicia, que no se conviertan en violadores, que no reciban cohecho, que no se conviertan en defraudadores, que aman la verdad, que sean de bien, enséñenles mis leyes.

Esto es lo que ha robado el diablo de mis hijos. Afirmen su corazón, sean fuertes en la convicción de la verdad, sepan que Yo Soy Dios que los visito, y que no los dejaré solos, no los dejaré sin mi reprensión, porque quiero lo mejor para los que guardan mis mandamientos.   

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